Venezuela reafirma el paso dado y gana 7-0 a la selección de Vanuatu en el segundo partido de su grupo, se afianza en el primer lugar de la tabla y se clasifica a octavos de final en el Mundial Sub 20 de Corea del Sur, dejando a México y Alemania peleando por su clasificación a siguiente ronda.
La segunda entrega de mi ejercicio profesional se basa en otro aspecto de la preparación mental y emocional del equipo, se pudo observar en el partido anterior y ha resonado en la opinión pública: “7 goles es demasiado”, “pobre equipo contrario”, “7-0 es una burla”. Me refiero en golear al equipo débil, en ganar por abultado marcador.
En estas líneas buscaré explicar el tratamiento de “superioridad deportiva” en el grupo deportivo. Venezuela (ni jugadores, ni opinión pública) no está acostumbrada a manejar esa situación, y buscar capitalizar esa ventaja es algo necesario para el equilibrio deportivo, emocional y mental del equipo.
Autorespeto, por encima de todo
Una selección es un conjunto de personas, todas ellas con valores, capacidades, fortalezas y dignidad. Nunca me cansaré de repetir que esta selección ha tenido una preparación admirable de cara al Mundial, con grandes cuotas de sacrificios y esfuerzo. El autorespeto se basa justamente en eso: yo no puedo irrespetar mi preparación ante nadie, bajo ningún concepto.
Analicemos esto: Alemania y Argentina son ejemplos de selecciones que no se toman en serio la competencia, y su preparación es pobre. ¿Debemos bajar el nivel por un equipo que no se preparó igual que nosotros? La respuesta mientras leen esto es un certero “no”. Venezuela no tiene la culpa de que otros equipos no se preparen de la misma manera y que confíen en lo que pueden hacer para enfrentar los partidos. En consecuencia, debemos enfrentarlos con autorespeto, sabiendo que nuestro esfuerzo vale y jugar al máximo nivel.
Si jugamos al máximo nivel contra equipos con poca preparación ¿Por qué no hacerlo con equipos que se han preparado igual o mejor a nosotros? El autorespeto exige un reconocimiento propio de mis capacidades y por ende, un esfuerzo a tope de las mismas, independientemente del rival que está al frente.
El caso de Vanuatu
Nótese que en ningún momento me refiero a equipos con menor nivel futbolístico, y lo hago a propósito. Si algo me ha enseñado nacer en Venezuela (y usar la vinotinto con orgullo) es que el respeto a los procesos de los contrincantes es vital para tener ética al momento de trabajar en esto. Ser Venezuela en la Conmebol es durísimo, ser tratado como “pobrecitos” es desesperante, y por eso evito ese discurso.
Y lo digo porque Vanuatu llegó al Mundial siendo subcampeón de Oceanía (superado por Nueva Zelanda), y tiene tantos méritos de estar en el Mundial como cualquier otro. Incluso, estando en el Mundial casi logra un histórico empate ante México (pierde 3-2 en el descuento). Con más razón, Venezuela debe jugar “de tú a tú” contra los oceánicos.
Venezuela debe ser fiel a su trabajo, jugar a tope, y en ese nivel conseguir el resultado. Como lo dije en el ejercicio anterior: jugar en el máximo nivel no significa ganar por 8 goles (de hecho, fueron 7), significa que en el resultado se verá la constancia, el trabajo, la paciencia y el nivel técnico. El contrario puede tener ese día su mejor partido de la historia, y que tu bajes el nivel tal vez sea suficiente para que ellos puedan sacar provecho de eso. Jamás bajar el ritmo hará que tu desempeño sea el correcto.
Vanuatu supo ser un digno rival: ninguno de los goles fue por error del portero, por ejemplo. En el primer tiempo se vio un equipo compacto y “rocoso” de medio campo hacia atrás. Los goles en ese momento, de hecho, fueron por jugadas a balón parado, con estrategia que se trabaja en la semana (una vez más, la preparación).
El segundo tiempo salió a relucir la calidad técnica, la insistencia y el nivel físico. Venezuela no bajo el nivel y Vanuatu se cansó. Sin embargo los goles siguieron siendo dignos: no hubo burla ni mofa. Y eso se aplaude a los muchachos porque justamente ellos saben cómo se siente ser ridiculizados, no hacer lo mismo los hace dignos de admiración, de hecho deberíamos aprender esa cualidad en nuestra crisis nacional.
Lo que viene: ser inteligente siempre
México viene con necesidad de sumar. El partido vs Alemania les dejó un amargo empate, sumado a la victoria agónica de la primera jornada ante Vanuatu. Si no suman, una goleada germana ante los oceánicos los dejaría dependiendo de ser mejor tercero para poder clasificar.
Venezuela debe ser inteligente, seguir con el gran nivel que han desplegado y saber que la necesidad del contrario hará que dejen espacios que hay que saber aprovechar en el momento correcto. Es vital que Peña (en caso de ser delantero titular) sea más certero, no se puede fallar tanto.
He leído a varias personas pensando en si es conveniente perder con México para tener un mejor rival en las siguientes rondas: ese es el peor error que pueden cometer nuestros muchachos de cara a lo que se viene en el torneo. Perder a propósito merma la moral, decae el nivel y te hace jugar mediocre.
El equipo está en un nivel en el que debe demostrar ser mejor contra quien sea. Nuestra mentalidad e inteligencia debe ser puesta en la cancha y no en los resultados. Debemos jugar contra los rivales y no con nuestro destino. Que los mediocres y los que no se prepararon busquen alternativas de torneo, Venezuela debe desligarse de eso y seguir dando pasos deportivos.
En conclusión, Venezuela ha demostrado bastante que hay nivel para seguir hacia adelante, Venezuela no debe pensar en el rival, los rivales deben pensar en Venezuela.
La segunda entrega de mi ejercicio profesional se basa en otro aspecto de la preparación mental y emocional del equipo, se pudo observar en el partido anterior y ha resonado en la opinión pública: “7 goles es demasiado”, “pobre equipo contrario”, “7-0 es una burla”. Me refiero en golear al equipo débil, en ganar por abultado marcador.
En estas líneas buscaré explicar el tratamiento de “superioridad deportiva” en el grupo deportivo. Venezuela (ni jugadores, ni opinión pública) no está acostumbrada a manejar esa situación, y buscar capitalizar esa ventaja es algo necesario para el equilibrio deportivo, emocional y mental del equipo.
Autorespeto, por encima de todo
Una selección es un conjunto de personas, todas ellas con valores, capacidades, fortalezas y dignidad. Nunca me cansaré de repetir que esta selección ha tenido una preparación admirable de cara al Mundial, con grandes cuotas de sacrificios y esfuerzo. El autorespeto se basa justamente en eso: yo no puedo irrespetar mi preparación ante nadie, bajo ningún concepto.
Analicemos esto: Alemania y Argentina son ejemplos de selecciones que no se toman en serio la competencia, y su preparación es pobre. ¿Debemos bajar el nivel por un equipo que no se preparó igual que nosotros? La respuesta mientras leen esto es un certero “no”. Venezuela no tiene la culpa de que otros equipos no se preparen de la misma manera y que confíen en lo que pueden hacer para enfrentar los partidos. En consecuencia, debemos enfrentarlos con autorespeto, sabiendo que nuestro esfuerzo vale y jugar al máximo nivel.
Si jugamos al máximo nivel contra equipos con poca preparación ¿Por qué no hacerlo con equipos que se han preparado igual o mejor a nosotros? El autorespeto exige un reconocimiento propio de mis capacidades y por ende, un esfuerzo a tope de las mismas, independientemente del rival que está al frente.
El caso de Vanuatu
Nótese que en ningún momento me refiero a equipos con menor nivel futbolístico, y lo hago a propósito. Si algo me ha enseñado nacer en Venezuela (y usar la vinotinto con orgullo) es que el respeto a los procesos de los contrincantes es vital para tener ética al momento de trabajar en esto. Ser Venezuela en la Conmebol es durísimo, ser tratado como “pobrecitos” es desesperante, y por eso evito ese discurso.
Y lo digo porque Vanuatu llegó al Mundial siendo subcampeón de Oceanía (superado por Nueva Zelanda), y tiene tantos méritos de estar en el Mundial como cualquier otro. Incluso, estando en el Mundial casi logra un histórico empate ante México (pierde 3-2 en el descuento). Con más razón, Venezuela debe jugar “de tú a tú” contra los oceánicos.
Venezuela debe ser fiel a su trabajo, jugar a tope, y en ese nivel conseguir el resultado. Como lo dije en el ejercicio anterior: jugar en el máximo nivel no significa ganar por 8 goles (de hecho, fueron 7), significa que en el resultado se verá la constancia, el trabajo, la paciencia y el nivel técnico. El contrario puede tener ese día su mejor partido de la historia, y que tu bajes el nivel tal vez sea suficiente para que ellos puedan sacar provecho de eso. Jamás bajar el ritmo hará que tu desempeño sea el correcto.
Vanuatu supo ser un digno rival: ninguno de los goles fue por error del portero, por ejemplo. En el primer tiempo se vio un equipo compacto y “rocoso” de medio campo hacia atrás. Los goles en ese momento, de hecho, fueron por jugadas a balón parado, con estrategia que se trabaja en la semana (una vez más, la preparación).
El segundo tiempo salió a relucir la calidad técnica, la insistencia y el nivel físico. Venezuela no bajo el nivel y Vanuatu se cansó. Sin embargo los goles siguieron siendo dignos: no hubo burla ni mofa. Y eso se aplaude a los muchachos porque justamente ellos saben cómo se siente ser ridiculizados, no hacer lo mismo los hace dignos de admiración, de hecho deberíamos aprender esa cualidad en nuestra crisis nacional.
Lo que viene: ser inteligente siempre
México viene con necesidad de sumar. El partido vs Alemania les dejó un amargo empate, sumado a la victoria agónica de la primera jornada ante Vanuatu. Si no suman, una goleada germana ante los oceánicos los dejaría dependiendo de ser mejor tercero para poder clasificar.
Venezuela debe ser inteligente, seguir con el gran nivel que han desplegado y saber que la necesidad del contrario hará que dejen espacios que hay que saber aprovechar en el momento correcto. Es vital que Peña (en caso de ser delantero titular) sea más certero, no se puede fallar tanto.
He leído a varias personas pensando en si es conveniente perder con México para tener un mejor rival en las siguientes rondas: ese es el peor error que pueden cometer nuestros muchachos de cara a lo que se viene en el torneo. Perder a propósito merma la moral, decae el nivel y te hace jugar mediocre.
El equipo está en un nivel en el que debe demostrar ser mejor contra quien sea. Nuestra mentalidad e inteligencia debe ser puesta en la cancha y no en los resultados. Debemos jugar contra los rivales y no con nuestro destino. Que los mediocres y los que no se prepararon busquen alternativas de torneo, Venezuela debe desligarse de eso y seguir dando pasos deportivos.
En conclusión, Venezuela ha demostrado bastante que hay nivel para seguir hacia adelante, Venezuela no debe pensar en el rival, los rivales deben pensar en Venezuela.