¿Qué pesa más en la actualidad del automovilismo, el talento o el dinero? ¿Hasta qué punto los “pilotos por pago” le hacen daño a la F1? ¿Cuáles son los límites entre el deporte y el negocio? En el deporte hay un entramado de intereses económicos, sociales, políticos y culturales, y la Fórmula 1 es el ejemplo perfecto de que dichos intereses suelen ser más grandes que el deporte en sí. La sociología deportiva, entonces, tiene mucho que decir acerca de la Fórmula 1.
Ya va, ¿Pilotos por pago?
De manera sencilla, los pilotos por pago son corredores que le pagan a una escudería, por medio de sus patrocinantes, por tener un puesto en el equipo. Siempre han existido (Fangio y Lauda entre los más famosos) pero ahora el tema está a niveles preocupantes.
En septiembre de 2015, el piloto retirado Mark Webber soltó comentarios bastante fuertes con respecto a los “pilotos por pago” y su efecto en el Campeonato de Fórmula 1 en la actualidad. "Hay calidad entre los de delante, pero luego hay el movimiento de los pilotos de pago, que llegan y básicamente deciden a qué equipo quieren ir y ahí se quedan”.
Los equipos necesitan dinero, la Fórmula 1 se ha vuelto un deporte tan exclusivo que la gran mayoría de las escuderías necesitan ayuda financiera para poder “competir” en la máxima categoría automovilística. Los “pilotos por pago” llegan entonces como anillo al dedo; han mutado de ser pilotos competitivos con un cierto apoyo, a pilotos promedio con gran apoyo financiero. Sus patrocinios inyectan el dinero necesitado y vale la pena preguntarse qué es más importante, si la habilidad de manejar en pro de conseguir el mejor desempeño posible o la cantidad de dinero que entra al equipo a cambio de un puesto en el carro, relegando la calidad del piloto a un segundo plano.
Si bien son varios los casos de pilotos por pago, el caso de Pastor Maldonado, ejemplo dado por Mark Webber, va a servir de modelo para entender lo que implica el impacto sociológico de un piloto por pago para el deporte mundial.
Es más que dinero, política
Hay que entender algo de la sociología básica: Ninguna acción es aislada, toda acción tiene un motivo, un móvil y una reacción esperada. Y créanme, que PDVSA pague tanto para que Pastor Maldonado corra un auto de Fórmula 1 no es solamente por la confianza del piloto a conseguir un buen resultado. Mucho tiene que ver ese logo en fondo rojo cada vez que miras el Lotus de Pastor.
Que el carro lleve el logo de PDVSA implica un posicionamiento estratégico en la política mundial. Pastor Maldonado es uno de 4 pilotos del continente americano, todos bajo la modalidad de “piloto por pago”. Pero Pastor es el que paga más por su puesto: mientras el estadounidense Rossi acaba de pagar un millón de euros al equipo Manor por un asiento, PDVSA costeó 30 millones de euros para Lotus y el puesto a Maldonado. La empresa petrolera venezolana utiliza ese patrocinio para convertirse en una referencia en el mundo, posicionándose como empresa de élite en un deporte de élite.
Ese factor publicitario le da una proyección que no ha podido lograr de otra manera. Pagar por una publicidad que va por todo el mundo en un espectáculo millonario hace que PDVSA vea la oportunidad de hacerse notar. Y, como punto clave, al PDVSA hacerse notar, la revolución bolivariana también se hará notar.
¿Han visto que el fondo del logo de PDVSA es rojo, aun cuando el resto del carro (y de los patrocinios) es negro y dorado? No es casualidad. Es importante que la marca tenga sus colores como modo referencial y la revolución bolivariana, como buena marca, debe permanecer “roja rojita”. Así que el factor político es primordial al momento de montar a Pastor Maldonado en el automóvil, porque gracias a su desempeño deportivo, el proyecto político tiene un tinte mundial. No es sólo Pastor Maldonado, es la revolución bolivariana quien está en el carro, y eso no puede pasarse por alto.
Mérito y resultados
Que quede bien claro, Pastor Maldonado tuvo méritos para llegar a Fórmula 1. Campeón del Mundo de GP2 (categoría previa a la F1), tiene el record de más victorias en esa categoría, con 10 superando a pilotos como Lewis Hamilton (campeón actual de F1). Incluso en la máxima categoría ha logrado cosechar una Pole Position y fue ganador de una carrera (España, 2012), pero ha sido la única vez que el maracayero ha pisado un podio de Fórmula 1. En un desempeño normal, Pastor hubiese sido un visitador fugaz de la máxima categoría del automovilismo. Sus retiros, choques y pocos puntos así lo confirman.
Los resultados en la máxima categoría no han sido los esperados para el piloto ni sus patrocinantes. Salvo el año 2012, su mejor temporada, el resto han sido Mundiales muy difíciles para el maracayero. Pero especialmente el 2015 ha sido complicado: Pastor se ha retirado en el 57% de las carreras que ha disputado en el año (8 de 14), y de todas las carreras que lleva en la temporada (14) solo ha podido obtener puntos en 3, para un 21% de efectividad.
La pregunta que me surge es: Con tan pocos resultados, ¿Es rentable para PDVSA, y por ende el país, seguir manteniendo a Maldonado en la F1? Al parecer para la empresa venezolana lo es: ya volvió a pagar 30 millones de euros para una nueva campaña de Pastor Maldonado en 2016 para Lotus. Para PDVSA la publicidad impera sobre el rendimiento, y para el equipo el dinero impera sobre los resultados.
¿Qué queda para el amante de las carreras?
Personalmente opino que la Fórmula 1 dejó de ser competitiva desde hace muchos años, son contadas las carreras con una dosis de emoción e incertidumbre. El campeón será el equipo que tenga el dinero suficiente para comprar la tecnología de punta. Es por eso que los pilotos por pago seguirán existiendo y aún con más fuerza porque cada vez es más caro acceder al tope de la tecnología automotriz. Se deja de segundo plano una pericia para priorizar el motivo económico, y eso para todo deporte es fatal, ya que elimina la igualdad de condiciones, elemento fundamental para un deporte justo.
Yo, mientras tanto, disfrutaré de los otros factores geniales: el sonido del motor, las velocidades de punta, el desarrollo tecnológico, la pericia de los mejores pilotos y la precisión técnica de los equipos. Pero hay una brecha abismal entre los pilotos de mérito y los pilotos por pago, el protagonista ya está decidido, la carrera estará ganada por la tecnología y sólo veremos el carro del ganador en dos tomas de televisión: en la primera y en la última vuelta.
Ya va, ¿Pilotos por pago?
De manera sencilla, los pilotos por pago son corredores que le pagan a una escudería, por medio de sus patrocinantes, por tener un puesto en el equipo. Siempre han existido (Fangio y Lauda entre los más famosos) pero ahora el tema está a niveles preocupantes.
En septiembre de 2015, el piloto retirado Mark Webber soltó comentarios bastante fuertes con respecto a los “pilotos por pago” y su efecto en el Campeonato de Fórmula 1 en la actualidad. "Hay calidad entre los de delante, pero luego hay el movimiento de los pilotos de pago, que llegan y básicamente deciden a qué equipo quieren ir y ahí se quedan”.
Los equipos necesitan dinero, la Fórmula 1 se ha vuelto un deporte tan exclusivo que la gran mayoría de las escuderías necesitan ayuda financiera para poder “competir” en la máxima categoría automovilística. Los “pilotos por pago” llegan entonces como anillo al dedo; han mutado de ser pilotos competitivos con un cierto apoyo, a pilotos promedio con gran apoyo financiero. Sus patrocinios inyectan el dinero necesitado y vale la pena preguntarse qué es más importante, si la habilidad de manejar en pro de conseguir el mejor desempeño posible o la cantidad de dinero que entra al equipo a cambio de un puesto en el carro, relegando la calidad del piloto a un segundo plano.
Si bien son varios los casos de pilotos por pago, el caso de Pastor Maldonado, ejemplo dado por Mark Webber, va a servir de modelo para entender lo que implica el impacto sociológico de un piloto por pago para el deporte mundial.
Es más que dinero, política
Hay que entender algo de la sociología básica: Ninguna acción es aislada, toda acción tiene un motivo, un móvil y una reacción esperada. Y créanme, que PDVSA pague tanto para que Pastor Maldonado corra un auto de Fórmula 1 no es solamente por la confianza del piloto a conseguir un buen resultado. Mucho tiene que ver ese logo en fondo rojo cada vez que miras el Lotus de Pastor.
Que el carro lleve el logo de PDVSA implica un posicionamiento estratégico en la política mundial. Pastor Maldonado es uno de 4 pilotos del continente americano, todos bajo la modalidad de “piloto por pago”. Pero Pastor es el que paga más por su puesto: mientras el estadounidense Rossi acaba de pagar un millón de euros al equipo Manor por un asiento, PDVSA costeó 30 millones de euros para Lotus y el puesto a Maldonado. La empresa petrolera venezolana utiliza ese patrocinio para convertirse en una referencia en el mundo, posicionándose como empresa de élite en un deporte de élite.
Ese factor publicitario le da una proyección que no ha podido lograr de otra manera. Pagar por una publicidad que va por todo el mundo en un espectáculo millonario hace que PDVSA vea la oportunidad de hacerse notar. Y, como punto clave, al PDVSA hacerse notar, la revolución bolivariana también se hará notar.
¿Han visto que el fondo del logo de PDVSA es rojo, aun cuando el resto del carro (y de los patrocinios) es negro y dorado? No es casualidad. Es importante que la marca tenga sus colores como modo referencial y la revolución bolivariana, como buena marca, debe permanecer “roja rojita”. Así que el factor político es primordial al momento de montar a Pastor Maldonado en el automóvil, porque gracias a su desempeño deportivo, el proyecto político tiene un tinte mundial. No es sólo Pastor Maldonado, es la revolución bolivariana quien está en el carro, y eso no puede pasarse por alto.
Mérito y resultados
Que quede bien claro, Pastor Maldonado tuvo méritos para llegar a Fórmula 1. Campeón del Mundo de GP2 (categoría previa a la F1), tiene el record de más victorias en esa categoría, con 10 superando a pilotos como Lewis Hamilton (campeón actual de F1). Incluso en la máxima categoría ha logrado cosechar una Pole Position y fue ganador de una carrera (España, 2012), pero ha sido la única vez que el maracayero ha pisado un podio de Fórmula 1. En un desempeño normal, Pastor hubiese sido un visitador fugaz de la máxima categoría del automovilismo. Sus retiros, choques y pocos puntos así lo confirman.
Los resultados en la máxima categoría no han sido los esperados para el piloto ni sus patrocinantes. Salvo el año 2012, su mejor temporada, el resto han sido Mundiales muy difíciles para el maracayero. Pero especialmente el 2015 ha sido complicado: Pastor se ha retirado en el 57% de las carreras que ha disputado en el año (8 de 14), y de todas las carreras que lleva en la temporada (14) solo ha podido obtener puntos en 3, para un 21% de efectividad.
La pregunta que me surge es: Con tan pocos resultados, ¿Es rentable para PDVSA, y por ende el país, seguir manteniendo a Maldonado en la F1? Al parecer para la empresa venezolana lo es: ya volvió a pagar 30 millones de euros para una nueva campaña de Pastor Maldonado en 2016 para Lotus. Para PDVSA la publicidad impera sobre el rendimiento, y para el equipo el dinero impera sobre los resultados.
¿Qué queda para el amante de las carreras?
Personalmente opino que la Fórmula 1 dejó de ser competitiva desde hace muchos años, son contadas las carreras con una dosis de emoción e incertidumbre. El campeón será el equipo que tenga el dinero suficiente para comprar la tecnología de punta. Es por eso que los pilotos por pago seguirán existiendo y aún con más fuerza porque cada vez es más caro acceder al tope de la tecnología automotriz. Se deja de segundo plano una pericia para priorizar el motivo económico, y eso para todo deporte es fatal, ya que elimina la igualdad de condiciones, elemento fundamental para un deporte justo.
Yo, mientras tanto, disfrutaré de los otros factores geniales: el sonido del motor, las velocidades de punta, el desarrollo tecnológico, la pericia de los mejores pilotos y la precisión técnica de los equipos. Pero hay una brecha abismal entre los pilotos de mérito y los pilotos por pago, el protagonista ya está decidido, la carrera estará ganada por la tecnología y sólo veremos el carro del ganador en dos tomas de televisión: en la primera y en la última vuelta.