Esta situación da pie a dos cosas centrales: en el presente artículo, tengo tiempo queriendo mostrar mi investigación de trabajo de grado, referente al talento y al impacto de la misma en los objetivos del deportista. Y el caso de Muguruza es el ideal para poder explicar el fenómeno en todo su contexto. En una segunda entrega, compartiré mi preocupación por el venezolano y la manera en que está tomando las buenas noticias, buscando menospreciar lo que sucede, utilizando el caso de Garbiñe, claro está.
Garbiñe y el talento
Por mucho tiempo se ha discutido sobre el "talento": del cómo se desarrolla y su importancia en el mundo actual. Decir que alguien "es bueno en algo" implica un proceso del cual no todos los que trabajamos con atletas estamos enterados. ¿Sólo necesitamos rapidez, fuerza, precisión e intuición de nuestros deportistas? La respuesta, básicamente, es no: hay más cosas que esperamos de ellos, ya que sólo con las características expuestas no se logra un deportista exitoso; es parte, pero no lo es todo. Podemos preguntarnos: ¿Usain Bolt, por ser rápido, puede ser un excelente lateral izquierdo en el fútbol? ¿Félix Hernández, con su precisión, puede ser tan buen tirador (tiro deportivo) como lo es siendo pitcher? Cada individuo tiene características, pero, a su vez, hay un desarrollo de dichas cualidades.
A continuación, mi concepto multifactorial de talento, tomando a Muguruza como ejemplo al momento de reflejar la teoría en el contexto actual.
En primer lugar, el talento tiene un factor genético: cada individuo nace con características iniciales, o tendientes, que lo hacen diferente a otros. Garbiñe nace en Venezuela con rasgos que la hacen distinta a otras personas: ella mide 1,82m, y tal vez la altura es tendencia en su familia, por ejemplo. Podemos hablar también de características tendientes como la resistencia o la rapidez, factores con los que quizás Muguruza comparta. Al decir "características tendientes" quiere decir que la normalidad indica una tendencia a esa cualidad, no quiere decir que un africano, al nacer, ya tiene resistencia; pero si podemos decir que hay una tendencia genética a que lo desarrolle a lo largo de su vida. Garbiñe nace con características que pueden ayudar a desarrollarse como tenista, pero no es tenista sólo por el hecho de nacer.
Como segundo, el talento tiene un factor social: si cada individuo nace con un factor genético, también nace en una sociedad, en un entorno, en un entramado de relaciones sociales. Muguruza juega tenis desde los 3 años de edad, impulsado por sus hermanos en Mampote, un club de tenis muy cerca de Guatire. Al tener 2 hermanos mayores que ya juegan tenis, sumado a una ascendencia española, que suele practicar el deporte, era lógico que Garbiñe utilizara su talento genético con dirección a la raqueta y la pelota. Algo importante, Muguruza no puede elegir algo que no conoce, todas las elecciones que tomamos son a partir del contexto social en el que vivimos. Si la historia de Garbiñe se desarrollara entre Venezuela y Brasil, estaríamos hablando de voleibol o fútbol y no del tenis. Por eso el factor social es tan determinante.
Tercer lugar, y vital para este artículo, el talento tiene un factor educativo: Muguruza nació con características genéticas, se crio bajo un contexto que la llevó al tenis, pero para aprovechar su talento es deber darle forma y técnica. Y ahí es donde viene el meollo del asunto, porque fue España, y no Venezuela, quién le dio a Garbiñe las herramientas y la técnica que permitió su desarrollo como tenista profesional. ¿Qué hubiese pasado si a los 6 años su padre no se la lleva a España? ¿Qué hubiese pasado si decide desarrollar su talento en Venezuela? ¿La veríamos levantando el trofeo de Roland Garros a los 22 años?
Si bien nadie puede decir que pasaría en un futuro paralelo, yo podría asegurar que la respuesta a la última pregunta es no. España fue un factor determinante para el proceso de reproducción de talento de la tenista. Escuelas de tenis, clubes, academias y cantidades de roces con la élite europea, hace un fortalecimiento de las capacidades de “Mugu”, que se montó en la dinámica ofrecida por la plataforma ibérica y pudo llevar a tope su talento. A eso hay que sumar el factor social también impacta, ya que Garbiñe ve a Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez como referentes del tenis español. Sin contar que la escuela española de tenis es de tendencia a las canchas de arcilla, ¿Y en que canchas se realiza el Roland Garros? Sí, en arcilla.
La decisión de representar a España o Venezuela no dejó de tener tintes geopolíticos: ambos países se la disputaron y ofrecieron propuestas para inclinar la balanza. Al final, Garbiñe decidió por la parte deportiva y sus triunfos son acompañados por la bandera española. (Si quieres saber porque al gobierno venezolano le interesaría que la tenista jugara para el país, basta que pases por mi lectura acerca de Pastor Maldonado para que aclares la duda).
Por último, pero no menos importante, el talento tiene un factor psicológico: Garbiñe pudo haber nacido con características tendientes, pudo haber crecido en un entorno que la lleva al tenis y se formó para poder dar el paso profesional, pero todo eso sucedió porque ella lo quiso. El factor psicológico explica que debes estar dispuesto al éxito y al desarrollo del talento para poder lograr las metas, eso incluye voluntad a entrenar todos los días, llevar una dieta adecuada, viajar y no estar nunca en casa, constancia en situaciones difíciles, y un largo etcétera. Existen cantidades de personas que teniendo todo en sus manos no han podido consolidar sus propósitos por no tomar en cuenta esto. El factor psicológico es fundamental para lograr las metas que uno se marca como individuo. La precisión acompaña a la concentración, la rapidez a la emoción, la intuición a la experiencia aprehendida, etc.
Garbiñe no nació siendo tenista, lo construyó en base al desarrollo de sus habilidades. España es un factor transcendental en el desarrollo del talento de la tenista, por lo que es entendible la decisión de ejercer la nacionalidad paterna para las competiciones donde participa. Pero no por eso deja de ser venezolana (artículo 34 de la CRBV). La nacionalidad no se pierde, es irrenunciable, y lo más importante, Muguruza habla de Venezuela como su país natal, cosa que es loable.
Pienso que el caso de Muguruza es un ejemplo de lo que explico en mi tesis de grado: no importa el “talento inicial” que un individuo esté construyendo, la institución que logre captar al individuo y pueda desarrollar su potencial, será el que dicte los objetivos que dicho deportista tenga a futuro. No sabemos con certeza si Garbiñe llegaría al campeonato de Roland Garros si hubiese hecho su desarrollo en Caracas, pero la estructura que le dio España hizo que ella superara obstáculos con mayor facilidad que lo que ofrece Venezuela, y con eso, es muy difícil competir. Definitivamente es más fácil desarrollarse en un país élite para ser exitoso a nivel mundial, que desarrollarse en un país periférico, aspirando alcanzar la élite.